“Ésa soy yo. Una tonta adolescente que no busca su sitio en el mundo porque ya lo ha encontrado junto a un papel en blanco y una historia sin contar”.

martes, 31 de diciembre de 2013

Adiós, 2013

Supongo que ahora, rodeada de los postres que mi madre prepara para esta noche, con los pequeños de la familia correteando por el pasillo, los mayores pidiendo hora para pasar al baño y darse una ducha antes de cenar, con mi madre preparándome la tarta de cumpleaños y a apenas unas horas para empezar un nuevo año, es el mejor momento para ponerme a escribir. Para ponerme a hacer una valoración de las cosas que han ido pasando este año.
Hay personas con las que empecé y las cuales siguen estando, no se han ido y me han demostrado que no tienen intención de hacerlo. Otras se han ido cruzando en mi camino y desaparecido con el tiempo. Y otras pocas han aparecido de la nada y ahora son indispensables.
Hoy es el día en el que miramos atrás y recordamos todos los momentos vividos. Reímos al recordar las graciosas anécdotas de este 2013 y nos damos cuenta de que las anécdotas no tan graciosas, las que nos resultaron difíciles, las hemos logrado superar.
Hoy es cuando vemos que en la cena hay sillas vacías. Sillas que ya no volverán a ocuparse, pero en su lugar hay cochecitos de bebés y niños pequeños que cruzan el salón pasando por debajo de la mesa.
Hoy es cuando tenemos esa sensación de que se nos está dando una nueva oportunidad, la cual sabemos que vamos a desaprovechar pero, igualmente, nos hace ilusión.
Hoy es cuando decimos los “Voy a adelgazar”, “Estudiaré día a día”, “Voy a apuntarme al gimnasio”. Todo esto está bien. Lo pensamos pero, la mayoría de las veces, no los cumplimos. En fin, la intención es lo que cuenta, ¿no?
Hablamos de Diciembre como “las últimas 31 oportunidades del 2013” y hoy es cuando nos damos cuenta de que, en realidad, las oportunidades pasan sin darnos cuenta.

El 2013 ha sido un año de malas noticias como nunca y de buenos ratos y sonrisas como siempre.

domingo, 22 de diciembre de 2013

Sueños de Navidad

Me he despertado con un sabor agridulce y con la certeza de que había soñado algo bonito. No podía recordar qué era exactamente ni por qué era bonito. Sólo sabía que, los segundos que había durado, me había hecho tremendamente feliz. Y no ha sido hasta que he visto a mi abuelo que me he acordado con qué he soñado.
Sí, he soñado con ella. Aparecía por la calle principal del pueblo, como si bajase de comprar el pan en su rutina diaria. Venía con su abrigo y su abultado bolso. En su rostro, sus labios pintados esbozaban una preciosa sonrisa. Estaba tremendamente guapa. Nunca la había visto tan radiante.
No nos lo podíamos creer. Salimos corriendo hacia ella y nos recibió en su cálido abrazo.
-          – Creíamos que habías muerto, yaya.- dije impactada. Aún no me creía que estuviese ahí.
       – ¿Muerto?- rio ante mi idea-. No, cielo. Sólo me he ido una temporada larga de viaje. Necesitaba abandonar todo esto un tiempo. Ser dueña de mí misma. ¿Cómo iba a abandonaros para siempre?
Y entonces me envolvió con sus brazos y me besó en la frente. Fueron sus besos, sus épicos besos, los que me hicieron darme cuenta de la realidad: ella no se había ido. Seguía con nosotros. Todo volvería a la normalidad.
Ahora estoy despierta y he vuelto a la vida real donde ella sigue sin estar, donde sus labios no besan mi frente y donde no puedo apoyar la cabeza en su pecho.

Supongo que es lo normal por estas fechas. Que en Navidad echamos más en falta a las personas que se han ido de nuestro lado. Que en vez de llorar mientras escribo esto debería estar contenta por haber podido soñar con ella una vez más.

viernes, 29 de noviembre de 2013

Me encuentro frente a la pantalla de un ordenador cuyo teclado carece de la letra enie, en un colegio ingles, (ahora me doy cuenta de que tambien carece de la opcion de poner tildes), con un monton de desconocidos a mi alrededor, un profesor dando clase en ingles de algo que debe ser como informatica, llevo cinco dias viviendo en la casa de un ingles que acabo de conocer y lo mejor de todo es que todo esto me parece lo mas normal del mundo.
Y mientras pienso que (ese "que" iria con tilde) escribir aqui, el autocorrector ingles me subraya de rojo todas las palabras, ya que estan espaniol.
Este ambiente resulta tremendamente nuevo y aun asi me siento a gusto. Es desconocido y tengo la sensacion de que no fuese asi.
Y mientras la pantalla de este ordenador se sigue llenando de lineas rojas me doy cuenta de lo muy distinto que es todo aqui.
Y, como me siento mentalmente bloqueada para escribir algo coherente y cohesionado, dejare que acabe asi esta extrania entrada.
(Lamento las faltas de ortografia y la ausencia de tildes).

martes, 19 de noviembre de 2013

¿Búsqueda de la felicidad? No, más bien, búsqueda de adjetivos

Llevo días intentando pensar un adjetivo que pueda definir la continua sensación tan amarga que me persigue, pero no lo encuentro. Es una búsqueda tan vana como la de buscar una aguja en un pajar. No, miento. Buscar una aguja en un pajar sería más eficaz, puesto que creo que el adjetivo que yo busco para definirme ni tan siquiera existe, al contrario que esa ansiada aguja. E intento explicarme y no lo logro y ¿por qué? Pues porque no sé cómo defenderme sin un sólido argumento basado en las palabras. Y esto me frustra aún más y lo único que consigo es confundirme más a mí misma.
Tras mucho tiempo de búsqueda lo único que he llegado a encontrar es una palabra que se acerca bastante a las emociones que transmitiría ese adjetivo. "Agridulce". Sí, esa es la palabra. Algo así como sentimientos contradictorios: rabia y compasión, odio y cariño, felicidad y agonía. Sentimientos contradictorios, repito.
Son como esas sensaciones que me producían las montañas rusas cuando era pequeña: cuando iban despacio, quería caer a toda velocidad por una gran pendiente pero cuando estaba cayendo, ansiaba la tranquilidad. Y más o menos así me encuentro ahora. En una constante montaña rusa. Una de esas con muchos loopings y tirabuzones, que te hacen soltar adrenalina, llenas de subidas y bajadas, de esas que montas en ellas porque "¿Quién sabe cuando tendré la oportunidad de repetir?". Pero lo cierto es que no sé si quiero bajarme de esta atracción o seguir con esas emociones fuertes porque, al fin y al cabo, las dos opciones son irreversibles


lunes, 11 de noviembre de 2013

Una historia de tantas

Aquí dejo una historia. Sin nombres ni lugares para que vosotros pongáis los vuestros, para que os sintáis parte de ella y penséis que fue escrita para vosotros.

Ella siempre tenía las manos frías. Él también, pero menos que ella. Le bastaba con tomársela con cariño para que entrase en calor, no sin que antes ella se la pusiese en el cuello para hacerle sentir un escalofrío.
Cuando ella caminaba por delante de él, no podía remediar salir corriendo y abrazarla por detrás, pasando sus brazos por su estrecha cintura o por encima de los hombros, según conviniese. Y ella le tomaba de la mano para quedar firmemente unidos. Y entrelazaban sus dedos para mostrar al mundo que nada podría con ellos.
Los labios de él besaban las mejillas de ella, haciendo su camino hasta sus labios, rozándolos pero sin llegar a tocarlos.
Cuando se abrazaban, trataban de decirse todo sin usar palabras. Ella apretaba la cabeza contra su pecho y él rodeaba con fuerza su cintura en un intento de fundirse en uno solo.
Sólo tenía que besarla la frente para que ella sintiese mil mariposas volando en su estómago.  Ella sólo tenía que sonreírle para que él pensase que era la persona más afortunada del mundo. Era oler su perfume y sentirse transportado a un mundo paralelo lleno de felicidad, de armonía, de color, lleno de ella.
Y entonces él la besaba y ella se dejaba querer, dando todo de sí, compartiendo su cariño, sintiendo que nadie más la podría hacer feliz.

Pero esos sentimientos se agotan. La rutina puede con ellos o, simplemente, uno de los dos deja de sentir lo mismo y entonces toda esta historia que aquí cuento deja de ser una forma de vida para convertirse en un bonito recuerdo.

martes, 29 de octubre de 2013

"Historia de un sueño"

No. No me lo podía creer. Mis pies no reaccionaban. Mi cara se había quedado en una estúpida mueca: la boca cerrada, los ojos muy abiertos. No era capaz de pensar. Ni de avanzar. Me había quedado fija en mi sitio. Sí, de verdad él estaba allí, delante de mí, sonriendo con su tímida pero picara sonrisa, con los brazos abiertos para que le diese un abrazo. Pero yo no me movía. Era incapaz. Podía notar cómo mi cerebro se había convertido en una densa masa sin neuronas. "Dame un abrazo, ¿no?" dijo él avanzando hacia mí al ver que yo no me movía. Me abrazó y volví a la realidad. Él estaba ahí. Yo estaba entre sus brazos. Sí, ciertamente, podía tocarle, podía abrazarle. Sus labios rozaron mi mejilla. Sus labios. Oh, Dios mío. Había olvidado lo que era el roce de sus labios sobre mi piel. Mis piernas temblaban. Probablemente, si él no hubiese estado rodeando mi minúsculo cuerpo con sus brazos, me hubiese caído al suelo. Me abracé a él con más fuerza. Tenía la sensación de que, de un momento a otro, se desvanecería. No lloraba porque no pensaba que fuese real. Aspiré su aroma. Recordé su calor. Le sentí a mi lado. Estaba a mi lado.

jueves, 10 de octubre de 2013

Ni Coco Chanel ni Carolina Herrera; Rosi.

Mi abuela era modista. Para mí, la mejor modista sin lugar a dudas. “La moda es un cesto de ropa del que tú vas sacando prendas y, cuando el cesto se vacía, vuelves a coger la prenda primera que sacaste” esa es sólo una de sus muchas frases. Frases que dejaban entrever su gran sabiduría y experiencia.
Ella fue quien me enseñó a coser. Yo no sabía, y sigo sin saber, coser con dedal. “Costurera sin dedal cose poco y cose mal” me decía siempre, riendo al verme quitarme el dedal ya desesperada. También me enseñó a hacer ganchillo, punto, punto de cruz y todas esas cosas que se hacen con aguja e hilo. Pero no sólo me enseñó eso. Me enseñó una forma de vida:
Un día, me mostró unos shorts vaqueros, viejos. “¿Los quieres?” me preguntó. Yo respondí que no. Evidentemente, no los quería. Pero ella se quedó mirándolos con interés y me dijo “Pues yo sí. Y, en un rato, tú también.” Y no se equivocó. Al cabo de un rato (muy poco rato porque, eso sí, he de decir que en su trabajo, a rapidez, precisión y originalidad no la ganaba nadie) tenía en mis manos un precioso bolso vaquero.
A donde quiero llegar es a que donde yo sólo veía un viejo short, un desperdicio, ella veía un bolso, una nueva oportunidad, un nuevo proyecto.  No sé si me explico; Ella era capaz de ver todo lo bueno y positivo de una cosa “mala” para transformarlo en algo positivo y espectacular.
Supongo que aprendía la lección. Ese bolso ya no me vale. Le quité la cinta de colgar y le cosí una cremallera. Ahora es mi estuche de maquillaje. Siempre me esforcé por ser una buena alumna aunque nunca llegue a ser tan buena como ella.
Y ella sabía hacer con la vida lo mismo que hacía con su máquina de coser. Incluso en las malas situaciones y problemas, podías encontrar algo bueno de lo que sacar provecho. Me demostró una vez más lo muy increíble que era. Y el que se fuese de mi lado sólo demuestra lo injusta que es la vida y que en ella tenemos que aprender a sufrir. Pero a ella le gustaría que mirase las cosas positivas como ella solía hacer, así que pensaré en lo que nos dejó y no en lo que se llevó.
Yaya, te quiere y te echa de menos:
Tu costurera sin dedal.


-Esta fue la mujer que me enseñó a vivir-

martes, 1 de octubre de 2013

"- Hablas de ella, ¿verdad?
 - Es muy vulnerable.
 - Pero también es inteligente.
 - El corazón y la cabeza son dos entidades separadas.
 - ¿Razón y emoción?
 - Como quieras.
 - No quiero ataduras.
 - Pero las tienes"
Pequeño fragmento del libro "Tomillo Silvestre". Fragmento que habla de cosas tan reales como la vida misma. Fragmento que da nuevo nombre a mi blog.

lunes, 30 de septiembre de 2013

"Lástima que la juventud se desperdicie en los jóvenes"

Estaba sentada en una acera de mi pueblo. Esperaba a que llegasen mis amigas. No me importa esperar sola, es más, incluso puede llegar a gustarme. Así tengo tiempo de estar a solas con mis pensamientos y los dejo vagar libremente. Me entretenía mirando a mi alrededor aunque, en realidad, mis pensamientos se encontraban lejos de allí. De pronto, mi campo de visión fue invadido. Por la acera de enfrente, pasaban una mujer mayor junto con su nieta.  Conocía a las dos pero no sus nombres. Soy penosa para eso. Me limité a sonreírles a las dos. La mujer me devolvió una entrañable sonrisa. Seguro que ella conocía mi nombre, mi edad, de quién era hija, quiénes eran mis abuelos, quiénes mis tatarabuelos, incluso el mes en que nací.
Siguieron caminando. La mujer le iba contando algo a la niña, la cual tendría alrededor de unos ocho años y cara de aburrimiento. "Mala edad" pensé. Es esa edad en la que pasar tiempo con tu familia comienza a aburrirte, cuando las cosas que te cuentan dejan de interesante sólo porque te las contaron ellos. Es cuando empiezas a no valorar lo que tienes y a querer lo que no tienes.
De pronto, me entró una gran angustia. Sentí la necesidad de salir corriendo, golpear algo. Algo me oprimía el estómago y el alma entero. Quería levantarme y gritarle a la niña que aprovechase esos momentos, que no fuese estúpida, que valorase la suerte que tenía de poder estar paseando con su abuela, que la tratase bien y la dijese todo lo que la quería porque un día se arrepentiría de no haberlo hecho. Quería decirla que un día se acordaría de aquellas tardes de verano juntas y, por muy raro que la pareciese ahora, las echaría de menos.

Pero no lo hice. No me levanté del suelo. No salí corriendo tras la niña diciéndole lo que debía hacer. Me quedé allí sentada viéndolas pasar. “Lástima que la juventud se desperdicie en los jóvenes” pensé. Era una frase de una célebre autora. Ahora, comprendía su significado y me sentía demasiado identificada.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Hay pasiones que dejamos olvidadas

Yo, hace un par de años, iba al conservatorio. Tocaba la viola, un instrumento desconocido para la mayoría de la gente ajena al mundillo de la música. Me gustaba. Me sentía bien tocando pero pronto me harté.
No me harté de mi instrumento. No. Me harté de que mis profesores mi recordasen constantemente que yo no valía para la música. "No sabes entonar" "Ese fa no es sostenido. Estoy harto de que falles en lo mismo" "No estás hecha para la música, Vega". Soy fría, sí, pero aunque parezca implacable, el hecho de que estos comentarios se repitiesen día sí y día también, acabó pudiendo conmigo. Abandoné. Lo dejé.
A veces, cuando estaba muy estresada, desenfundaba mi viola y tocaba algo. Algo improvisado, nada de mis viejos libros. Lo cierto es que me hacía sentir a gusto. Era como si a través de mi arco acariciando las cuerdas de mi viola fuese capaz de transmitir mis sentimientos, incluso liberar todo lo que llevaba dentro. Era como si consiguiese transportarme a un mundo paralelo, lejos de preocupaciones. La fuerza que mi arco ejercía sobre las cuerdas, el agitados movimiento de mis brazos y mis dedos, todo ello hacían que la tensión del día desapareciesen. Pero esa particular manía de tocar cuando me sentía agobiada se desvaneció. La abandoné como había abandonado el conservatorio. No toqué la viola durante un año entero.
Pero llegó una persona que consiguió recordarme por qué me gustaba la música, por qué me había apuntado al conservatorio y, sobretodo, consiguió que volviese a tocar. Llegó una persona que, en vez de decirme que lo dejase, que no servía para la música, me dio un empujoncito para que lo volviese a intentar. Me prestó su apoyo.
No consiguió que me apuntase de nuevo a clases pero es que eso era imposible, pero consiguió algo mucho más importante: que volviese a sentir por la música esa pasión que un día pude llegar a sentir.


martes, 3 de septiembre de 2013

Verano para recordar

Echaré de menos las eternas tardes en la piscina. El estar seca en la toalla y que alguien venga y se tumbe encima mío y me moje. El hablar con el socorrista sobre boberías. 
Echaré de menos ese "A las diez en el wifi, ¿no?" y que yo salga de casa a las diez y veinte y estén todos esperándome.
Que echaré de menos los repentes de Alba de gritar de pronto "¡Veguuiiiitaaaaa!, ¿queee taaaal?" 
Echaré de menos pegar a Marcos. 

Nuestros paseos en bici. 
Las merendolas improvisadas.
Cantar a voz en grito la estrofa de "Déjalo ya" de Barco a Venus
Subir a la panera por la noche y tumbarnos todos juntos a ver las estrellas.
Echaré de menos gritarles "¡¡Una estrella fugaz!! ¡¡Pedid un deseo que lo pido por vosotros!!"
Echaré de menos nuestros agotadores partidos de fútbol. O salir a "correr" con mis chicas.
Echaré de menos nuestras incursiones secretas nocturnas.
Hasta las sesiones fotográficas echaré de menos.
Echaré de menos el meternos con las canciones chonis de Paula.
Enseñar a los chicos a bailar pasodobles y vals. Sí, eso también lo echaré de menos. Incluso las aguadillas en la piscina. Esas también.
En resumen, los echaré de menos a ellos.

lunes, 2 de septiembre de 2013

Viejos lugares, nuevos sentimientos

Voy a la habitación de mis padres. Dejo mi maleta. Pienso en la cantidad de veranos que dormí ahí. Me giro y me encuentro de frente al armario. Según acerco la mano a su pomo vienen a mí los recuerdos de cuando iba allí en invierno en busca de mi pijama. Aferro el pomo de la puerta del armario y tiro. El pomo se queda en mi.mano mientras mi cerebro me recuerda que siempre estuvo roto. 'Hace demasiado que no piso por aquí' pienso. Salgo de la habitación. Cruzo el salón y el pasillo, ambos a oscuras, y entro al cuarto de baño. Apoyo las manos en el lavabo y me miro en el espejo. Pero estoy mirando sin observar. Mi mente no está allí. Mi mente está en el pasado. En los muchos momentos que había pasado allí. Instintivamente, alargo la mano hasta el vaso de los cepillos de dientes buscando a tientas el mío sin éxito alguno. Miro el vaso y me doy cuenta de que está completamente vacío. "Idiota" pienso "¿Qué va a pintar AHORA tu cepillo ahí?" Miro otra vez al espejo. Mi reflejo está ahí. Hay una chica rubia, bajita y de ojos claros con una mirada de confusión y dolor que me devuelve la mirada. Los estantes de alrededor del espejo están vacíos. Apenas un par de botes de colonia. Recuerdo el día que rompí al menos tres botes de perfumes de mi abuela de golpe. El efecto dominó y mi estado propenso a romper cosas. Salgo del baño y entro a la cocina. A mano derecha tengo dos interruptores. Como movida por mi instinto, pulso el más cercano a mí. Correcto. Las luces de la cocina se encienden con su épico parpadeo. Noto los ojos secos. Las lágrimas no tardarán en llegar. La garganta también está seca ahora. Avanzo hasta la encimera de la cocina y, levantando el brazo por encima de mi cabeza, abro el armario de la pared. Por costumbre, me pongo de puntillas para coger el vaso pero me doy cuenta de que ya no lo necesito. Sonrió. Pero no es una sonrisa de felicidad. Es una sonrisa irónica. Hace demasiado tiempo desde la última vez que hice ese gesto de coger el vaso. Lo suficiente para que note que he crecido. Demasiado tiempo repito. Con estos pensamientos en mi cabeza, me acerco a la puerta de la terraza. Recuerdo cuando cenábamos los cuatro ahí fuera: Yaya, yayo, mi hermano y yo. Cuando ellos dos todavía estaban bien. Ahora estoy en la terraza. Miro al cielo y contemplo las estrellas. Que pasase una estrella fugaz sería demasiada coincidencia, demasiado pedir. Pero, en caso de que así fuese, no tendría que pensar en mi deseo. Recuerdo el último verano que pasé con ella, esa lluvia de estrellas tan especial juntas, los helados que nos tomábamos cuando yo volvía a casa, esos paseos nocturnos. Todo era perfecto. Vuelvo a la cocina. Dejo el vaso en la mesa, no sin pensar que está más baja que hace un par de años. Salgo de la cocina. Alargo el brazo y pulso los dos interruptores que hay en la pared. Incorrecto. Podía pasarme meses y meses seguidos en esa casa que siempre cometería el mismo fallo al salir de la cocina. Me giro. La luz de la cocina se ha apagado. Miro a través de la puerta de la terraza. La luz de fuera se ha encendido. Vuelvo a mostrar mi sonrisa irónica y, pulsando de nuevo uno de los interruptores, pienso que hay cosas que ni el tiempo logra que olvidemos.

martes, 6 de agosto de 2013

Un seis de Agosto especial

Hoy hace ocho años que conocí a una de las personas que ahora cuenta como la más importante en mi vida: Andrea Arce. Podría deciros que es mi mejor amiga pero os mentiría. También podría deciros que es mi hermana pero también os mentiría. ¿Sabéis? Un sabio dijo una vez “Un amigo es un mismo alma en dos cuerpos diferentes”. Bien, pues ella es eso. Ella es esa persona que tiene la otra mitad de mi alma. Tal vez sea por eso que nos entendemos tan bien. Tal vez estaba predestinado que debíamos conocernos. ¿Quién me iba a decir a mí, ese seis de Agosto de 2005, que la niña que tenía al lado acabaría siendo indispensable para mí? Que ahora no soporto estar lejos de ella, que la necesito aquí conmigo.
Y que la nuestra es una amistad que perdurará por siempre. Puede que seamos parecidas pero también diferentes, tal vez sea cierto que los polos opuestos se atraen. En nuestra amistad ella pone el sur. yo, el norte. Yo pongo la cordura. ella, la locura. Yo soy la sensible. Ella, la fuerte. Ella hace que pasen cosas, yo pongo la sensatez. Ella es la alta. Yo, la baja. Ella es la pequeña. Yo. la mayor. Y es que es así, no hay más. No hay que buscar razones a las cosas geniales como esta. Porque puede que el nuestro no fuese un buen comienzo pero sé que tendrá un gran final.
Porque ella es la persona que me abraza cuando los demás no saben que quiero llorar, ella es la que me consuela cuando los demás no saben que me duele que se metan con mi altura, porque ella es la persona que sabe lo que me va a suceder antes de que yo pueda ni imaginarlo, porque ella es la que me da ese empujoncito que necesito para hacer cosas arriesgadas.
Y que hemos vivido demasiadas cosas juntas, tantas que es imposible recordar todas. Por esos momentos que recordamos y nos reímos a carcajadas, por los bajones juntas, por las lágrimas que han caído a la vez de un ojo marrón y otro azul, por esos bailes, por esas bromas, por esas cosas que sólo ella y yo sabemos hacer.
Porque ella es mi pequeña que como alguien la haga daño le mato, porque aunque sea fuerte sé sus debilidades, porque sin ella mi vida no tendría esa gracia, porque con ella puedo reír a carcajadas desde el momento en que la veo, porque con ella me han pasado cosas increíbles.
Porque ella en sí misma es increíble. Más de media vida juntas. Tú y yo contra el mundo, pequeñaja. Te quiero demasiado.


miércoles, 3 de julio de 2013

Que olvide lo que yo considero inolvidable

Aquí estoy, bajo estado de shock oculto en mi falsa sonrisa. Me acaban de informar que el herpes que me aparece cada año en un lado de la cara, según estudios recientes, puede estar relacionado con el Alzheimer.
Bien, no sé si alguna vez os lo habré dicho pero, desde que era pequeña, el Alzheimer ha sido una de las enfermedades que más miedo que me ha dado.
El hecho de pensar que, tal vez, dentro de unos años comience a olvidar todo lo que he vivido, que no recuerde las cosas que tanto me gusta recordar, que no consiga recordar a mi abuela, que no recuerde las tardes tan geniales con mis amigas, que no recuerde a quien llegue a ser el amor de mi vida, que tal vez no logré reconocer a mis hijos y nietos, que olvide todos esos veranos, que olvide lo que yo considero inolvidable... Todo eso es algo que me produce temor al pensarlo.

martes, 25 de junio de 2013

"Hace tiempo que mis sueños dejaron de tener sentido pero no por ello he dejado de soñar." La Chica en Llamas

lunes, 17 de junio de 2013

A veces, sólo necesitamos un abrazo para echarnos a llorar

Hoy me he dado cuenta de que tal vez no sea bueno que finja que estoy bien, que finja que no me importa cuando realidad me está matando por dentro. Que tal vez lo que necesito es sincerarme con alguien y decirle lo mucho que duele todo. Que tal vez lo que necesito es que cuando me preguntan que si estoy bien y respondo que sí,me abracen y me digan "Sé que no lo estás. ¿Qué te pasa?"
Todos hemos tenido de esos días en los que, si alguien nos diese un abrazo lo suficientemente largo, nos habríamos echado a llorar.
A veces, echarse a llorar y decir todo lo que realmente sientes es bueno. Nos ayuda a librarnos de todo lo malo que llevamos dentro.
Llora en un hombro amigo y ábrete a esa persona porque las cargas compartidas son menos difíciles de llevar. Llorar no nos hace débiles, sino que nos hace personas. Y sentir no es de idiotas, es de inteligentes. Porque, cuando sientes algo hacia alguien, te ayuda a aprender, a vivir cosas y experiencias nuevas.
Escrito por La Chica en Llamas.


martes, 11 de junio de 2013

Brindemos

Y ahora que estoy inspirada, me pongo a escribir:
Brindemos, por esos besos que no se dieron y los que no debieron darse; por las promesas hechas en silencio y por las que no se cumplieron; por las palabras bonitas y las que nos muestran la realidad de forma violenta; por los amigos verdaderos y los falsos; las relaciones cortas, las largas, las que debieron ser y no fueron, las que no debieron ser; por las noches largas; los deseos que pedimos a las estrellas fugaces tantas veces y nunca llegaron a cumplirse; los amores de verano y los amores infantiles; por las canciones que se convierten en personas; por las películas que nunca nos cansaremos de ver; por los libros que cada vez que los leemos nos gustan más; por las noches enteras hablando por Whatsapp; por las fotos que nos hacen sonreir; Por las canciones que mueren al ser pausadas a la mitad; por los sentimientos reprimidos y por los expresados. Por todo ello y mil cosas más, o simplemente por las pequeñas cosas, brindemos.
Escrito por La Chica en Llamas.
“  - ¿Qué está pasando por tu cabeza?
-          No lo sé- susurro en respuesta.
-          Entonces, es como estar besando a alguien que está borracha. Eso no cuenta.” Sinsajo

“Pero sus brazos están ahí para reconfortarme. Y finalmente sus labios.” Sinsajo.
“Así que después, cuando él susurra:
-          Tú me amas. ¿Real o no real?
Le digo:
-          Real.” Sinsajo.
“Sin embargo, el destino hace ese tipo de cosas. Une y desune a las personas a su gusto.” Buenos días, princesa.
“Que las gaviotas saben vivir lejos del mar y que las nubes lloran porque no las dejan ver el Sol” Buenos días, princesa.
“Mañana nosotros volveremos a vivir nuestra propia película” Buenos días, princesa.
“Cuando te sientas débil, piensa en mí; y cuando recuperes tus fuerzas, también piensa en mí.” Buenos días, princesa.
“Y es que no hay nada Como recordar el pasado más feliz para tomarse el presente de la mejor forma.” Buenos días, princesa.
“Quiero ser para ti, y que me quieras tanto que le duela al dolor” Buenos Días, Princesa
“ – La mejor película que haré es la que estamos rodando tú y yo ahora” Buenos Días, Princesa
“ Decía un amigo mío que las casualidades no existen. Que todo está escrito entre las nubes y las estrellas con tinta invisible. Que las personas van mezclándose en las páginas de las historias de otras personas para compartir y protagonizar un guión ya establecido” No sonrías que me enamoro.
“Si te beso y no quiero volver a besar a nadie más en mi vida, lucharé por ti hasta donde tú me dejes luchar.” No sonrías que me enamoro.
“Ven. Permíteme que pruebe tus labios, que averigüe a qué sabe tu boca” No sonrías que me enamoro.
“Sé que te he fallado. No he estado a la altura de tu amor. Lo siento. No sabes cuánto. Te necesito. Esto sólo son palabras. No es mucho. Pero multiplica todas ellas por infinito y sabrás cuánto te quiero. Mi vida no tendría sentido sin ti.” No sonrías que me enamoro.
FRASES DE TOMILLO SILVESTRE
"Pensó que la felicidad debía ser tangible, una cosa que pudiera cogerse y dejar a buen recaudo, como una caja que se cierra con su tapadera o una botella con su tapón" Tomillo Silvestre.
"Que hasta el incidente más insignificante podía tener un inmenso significado, que el afecto podía convertirse en amor y el amor (palabra trivial) en pasión" Tomillo Silvestre.
"Él había encontrado el camino que conducía hasta su corazón, había buscado un sitio en él y allí se había instalado con intención de quedarse" Tomillo Silvestre.
"- Hablas de ella, ¿verdad?
 - Es muy vulnerable.
 - Pero también es inteligente.
 - El corazón y la cabeza son dos entidades separadas.
 - ¿Razón y emoción?
 - Como quieras.
 - No quiero ataduras.
 - Pero las tienes" 
Tomillo Silvestre.
"- Si me quedo sin ellos, me quedo sin nada. No tengo nada que realmente me importe, ni nadie a quien pueda pertenecer, ni nadie que me necesite.
 - Te tienes a ti.
 - Quizá no me baste con tenerme a mí.
 - En ese caso, te subestimas." Tomillo Silvestre.
" La noche es buena ocasión para hacer una valoración de las cosas. A oscuras, con tranquilidad, la verdad se revela de una manera más evidente. Es más fácil verlo todo" Tomillo Silvestre.
 " Parece, no obstante, que los finales felices no forman parte de mi vida. No los he esperado nunca y, aunque te parezca curioso, no creo haberlos deseado nunca" Tomillo Silvestre.
"La única cosa que sigue interesándome de verdad es lo que ocurre dentro de mi cabeza" Tomillo Silvestre.
"Tal vez, en nuestra vida, tengamos todos que pasar por una gran experiencia traumática en materia de amor y él ha sido la mía" Tomillo Silvestre.
"- Lo único que quiero es estar contigo, no quiero decirte adiós. ¿Te parece bien?" Tomillo Silvestre.
"Tal vez eso de no querer decir adiós sea una manera de decir 'te quiero' " Tomillo Silvestre.
FRASES DE "EL DIARIO DE ANA FRANK"
"No me atrevo a hacer nada por miedo a que esté prohibido" Diario de Ana Frank.
"Me siento menos que nada" Diario de Ana Frank.
"Entonces me echo a reír o a llorar. Depende de mi estado ánimo" Diario de Ana Frank.
"Nuestros pensamientos cambian tan poco como nosotros mismos y forman un perpetuo carrusel" Diario de Ana Frank.
"Entonces me echo sobre un diván y me duermo para reducir el tiempo, el silencio y la horrible angustia, pues no consigo matarlos" Diario de Ana Frank.
"Me molesta depender de mi humor" Diario de Ana Frank.
"El papel es paciente" Diario de Ana Frank.
"Y precisamente porque no puedo ocultar mi cabeza bajo las sábanas, sino que, por el contrario, debo mantenerla erguida, me asaltan una y otra vez un sinfín de pensamientos".
"Siempre he sufrido y sigo sufriendo una especie de dolencia moral" Diario de Ana Frank.
"Lo que me tenía enamorada era sobre todo su risa, que le daba un aire de muchacho travieso" Diario de Ana Frank.
"Volvía a ser la niña caprichosa que se sentía sola y derramaba, una vez más, lágrimas sobre la almohada" Diario de Ana Frank.
"¿Sabrías decirme por qué las personas ocultan tan celosamente lo que pasa en su interior" Diario de Ana Frank.
"Yo no puedo variar el curso de los acontecimientos ni el mundo va a dejar de girar porque yo muera o siga viviendo" Diario de Ana Frank.
"Sé que las lágrimas me calmarían pero no soy capaz de llorar" Diario de Ana Frank.
"Si únicamente pudiera apoyar mi cabeza en su hombro para sentirme menos desesperadamente sola, menos abandonada" Diario de Ana Frank.
"Mientras exista este sol radiante, este cielo sin nubes, y yo lo sienta en mi alma, no puedo estar triste" Diario de Ana Frank.
"La noche, lo mismo que el día, es una pesadilla. Su imagen no se aparta de mi pensamiento, y no puedo ir hacia él" Diario de Ana Frank.
"Se hace querer" Diario de Ana Frank.
"Su mirada es ardiente y creo que voy a enamorarme de él. Falta muy poco" Diario de Ana Frank.
"- ¿Enamorada?- me preguntó.
- ¿Y por qué iba a estarlo?- Mi respuesta fue más bien una tontería.
- ¿Por qué no?- dijo él" Diario de Ana Frank.
"Cuanto más siento en mí una cierta gravedad, más me comporto como una loca" Diario de Ana Frank.
"Ya no necesito más adoradores o admiradores atraídos por una sonrisa de halago, sino amigos atraídos por mi carácter u mi manera de obrar" Diario de Ana Frank.
"Conflicto entre mi corazón y mi cabeza. Hasta ahora triunfa la cabeza. Pero no sé su es el corazón el que va a mostrarse más fuerte. Lo temo y lo deseo." Diario de Ana Frank.
"Lo más maravilloso es que puedo escribir todo lo que siento. Sin esto, me asfixiaría" Diario de Ana Frank.
"¿Será él el primero, el único en el mundo, que habrá visto lo que hay detrás de mi máscara de cemento? ¿No dice un viejo proverbio que el amor nace con frecuencia de la piedad y que los dos andan juntos, cogidos de la mano?" Diario de Ana Frank.
"Nos toman siempre en serio cuando decimos algo en broma, y, en cambio, se ríen cuando hablamos en serio" Diario de Ana Frank.
"Yo representaba la comedia antes de saber mi papel" Diario de Ana Frank.
"Todos vivimos sin saber por qué ni con qué objeto, y siempre buscando la felicidad; vivimos juntos y cada uno de una manera diferente" Diario de Ana Frank.
"Pues en el fondo, la juventud es más solitaria que la vejez" Diario de Ana Frank.
"Temo que se burlen de mí, que me tachen de ridícula y sentimental, que no me tomen en serio. Estoy acostumbrada a no ser tomada en serio, pero quien en realidad está acostumbrado es mi lado superficial, y poco trabajo le cuesta soportarlo. Mi otro lado, el lado que es grave y tierno podría resistirlo" Diario de Ana Frank.
"Yo sé exactamente cómo querría ser, puesto que lo soy... interiormente, pero lo sé yo sola" Diario de Ana Frank.
"Veo y siento las cosas de una manera completamente diferente de como las expreso hablando" Diario de Ana Frank.
FRASES DE "EL NOMBRE DEL VIENTO"
- "Era uno de esos días perfectos de otoño tan comunes en las historias y tan raros en el mundo real".
- “Tengo tendencia a pensar demasiado. Mis mayores éxitos fueron producto de decisiones que tome cuando dejé de pensar e hice sencillamente lo que me parecía correcto. Aunque no hubiera ninguna buena explicación para lo que había hecho”.
- “El otoño es el momento idóneo. En otoño todo está cansado y más dispuesto a morir”.
- “¿Estás enfadado porque te he mentido o porque no me has pillado mintiéndote?”
- “Las mejores mentiras sobre mí son las que yo mismo he contado”.
- “De modo que esa es la diferencia entre contar una historia y estar dentro de una historia: el miedo”.
“– Utilizarías mi mejor truco contra mí. Tomarías mi relato como rehén. 
–  Contaría la verdad. 
– Sólo la verdad podría romperme. ¿Qué hay más duro que la verdad?”
- “Ella me enseñó que no debía hacer nada en privado de lo que no quisiera que se hablara en público.”
- “Los que me necesitan no confían en mí y los que confían en mí no pueden pagarme”.
“– Dejará huella en el mundo como uno de los mejores. 
– Uno de los mejores ¿qué? 
–  Lo que él quiera”.
- “Si hay algo que no voy a tolerar es el delirio del orgullo”.
- “El poder y la estupidez juntos son peligrosos”.
-“Ambos tenían los ojos cerrados y parecían perfectamente satisfechos. Si encuentras a una persona así, alguien a quien puedas abrazar y con la que puedas cerrar los ojos a todo lo demás, puedes sentirte muy afortunado”.
- “Después de tantos años, esa imagen de mis padres meciéndose suavemente al son de la música es, para mí, la imagen del amor”.
- “Mi única compañía era un dolor sordo y agridulce”.
- “Me recordó al silencio que reina en los días más fríos del invierno, cuando duele respirar y todo está en calma.”
“- ¿Cuál es el problema? ¿Ha reivindicado sus derechos sobre mí?
- Sin embargo... Existen ciertos protocolos con relación a...
- ¿Un acuerdo de caballeros?
- Más bien honor entre ladrones.
Me miró a los ojos y dijo muy seria:
- Róbame.”
"Los humanos somos animales de costumbres"
"Generalmente, el miedo proviene de la ignorancia"
"Olía a cuero viejo, a pergamino y a secretos olvidados"
"Limpio, fácil y rápido como mentir"
"Sabemos cómo termina antes de que empiece. Por eso nos gustan las historias. Nos ofrecen la claridad y la sencillez de que carece nuestra vida real"
"Las torrenciales tormentas de verano que había en esa región, que teñían el cielo de negro y destrozaban robles de profundas raíces, le hacían sentirse incómodamente pequeño e impotente"
"Tenía entendido que aquí es donde el orgullo tiene su razón de ser"
"La cerveza embota la memoria, el aguardiente le prende fuego, pero el vino es lo mejor para un corazón dolorido"
"Existe una gran diferencia entre no tener miedo y ser valiente"
"Contar mentiras se parece a actuar y a relatar historias"
"No me cuentes cuentos chinos con la intención de tranquilizarme o impresionarme"
"No hay nada como la certeza de tu muerte para dejarte baldada"
"Es como si hasta ahora siempre hubiese tenido frío".
"Ella se enroscó ajustándose a la parte delantera de mi cuerpo con asombrosa facilidad, como si estuviera hecha para encajar en mí".
"Todos tenemos dos mentes: una despierta y una mente dormida. Nuestra mente despierta es la que piensa, habla y razona. Pero la mente dormida es más poderosa. Ella ve en lo más profundo de las cosas. Es la partde de nosotros que sueña. Lo recuerda todo. Nos proporciona intuición. Tu mente despierta no entiende la naturaleza de los hombres. Pero tu mente dormida sí. Ella sabe muchas cosas que tu mente despierta ignora".
"Todos nos convertimos en lo que fingimos ser".
"Todos nos contamos una historia sobre nosotros mismos. Continuamente. Esa historia es la que nos convierte en lo que somos. Nos construimos a nosotros mismos a partir de esa historia".
FRASES DE "¿PUEDO SOÑAR CONTIGO?"
–        Estaba deseando volver.
–        ¿Y eso? ¿No estabas bien allí?
–        Sí, muy bien. Pero echaba de menos a la persona de quien estoy enamorado.
–        ¿Tu novia?
–        Más bien… es la tuya.
“Cómo puedes ser mi amiga, si por ti daría la vida”
“Estar contigo es la mayor locura y lo más sensato que he hecho en mi vida”
“Siempre que pierdes algo y lo recuperas, lo cuidas más, lo aprecias más y haces todo lo posible por no perderlo de nuevo”.
“Un chico que quiera descubrir cómo beso o cómo abrazo. O simplemente, averiguar cómo sonrío si lograra hacerme feliz”.
“Ésa soy yo. Una tonta adolescente que no busca su sitio en el mundo porque ya lo ha encontrado junto a un papel en blanco y una historia sin contar”.
“Es el talento el que decide”
–         - Todo es por mi culpa.
–        - ¿Por qué dices eso?
–       -  Porque me he enamorado de ti. Si no te quisiera tanto, ya lo habríamos dejado”.
“Quiero enamorarme locamente de ti”.
“No hay vergüenza ni reflexión”
“Sexo con más o menos amor, que no despeja dudas, pero que libera la tensión que ambos llevan soportando durante las últimas horas de su vida”.
“Es un final que se ha alargado un poco en el tiempo, pero, en definitiva, un final”
“No sé si lograré dormir y soñar de nuevo”.
“Tocar las yemas de sus dedos y buscarme dentro de sus pupilas”
“Sólo quiero huir hacia lo infinito”
–       -  ¿Y dónde metes todo eso que comes?
–        - ¿Prefieres la respuesta corta irónica o la respuesta larga técnica?
–        - Mejor no respondas.
“Aunque el destino nos ha unido muchas veces, tú lo has desafiado”.
“No entiende nada, pero al mismo tiempo lo comprende todo”.

“Sé lo que cuesta rellenar un folio en blanco por eso es que os admiro a todos los que lo conseguís”.


“Pensarías que después de todas las horas que había pasado con Gale- viéndole hablar y reír y ponerse ceñudo- sabría todo lo que hay que saber sobre sus labios. Pero no me había imaginado qué cálidos se sentirían presionados contra los míos” En Llamas. (LJDH)
“Sólo sé que por primera vez, me siento inmoral por tenerlo aquí en mi cama. Lo que es irónico ya que ahora estamos oficialmente prometidos.” En llamas.  (LJDH)
“Gale es mío. Yo soy suya. Cualquier otra idea resulta inconcebible” En Llamas. (LJDH)
“Es sólo ahora, que ha sido corrompido, que puedo apreciar completamente al verdadero Peeta” Sinsajo.
“¿Pero de qué sirve recordar? Se ha ido. Él se ha ido. Lo que sea que existía entre nosotros se ha ido.” Sinsajo. (LJDH)
“Me encuentro envuelta entre sus brazos. Sus labios rozando los desvanecidos moratones de mi cuello, haciendo su camino hasta mi boca.” Sinsajo. (LJDH)

“En la atenuada, yo cierro mis ojos y beso a Gale para recompensar todos los besos que he refrenado, y porque ya no importa más, y porque estoy tan desesperadamente sola que no puedo soportarlo.” Sinsajo.  (LJDH)