Aquí estoy, bajo estado de shock oculto en mi falsa sonrisa. Me acaban de informar que el herpes que me aparece cada año en un lado de la cara, según estudios recientes, puede estar relacionado con el Alzheimer.
Bien, no sé si alguna vez os lo habré dicho pero, desde que era pequeña, el Alzheimer ha sido una de las enfermedades que más miedo que me ha dado.
El hecho de pensar que, tal vez, dentro de unos años comience a olvidar todo lo que he vivido, que no recuerde las cosas que tanto me gusta recordar, que no consiga recordar a mi abuela, que no recuerde las tardes tan geniales con mis amigas, que no recuerde a quien llegue a ser el amor de mi vida, que tal vez no logré reconocer a mis hijos y nietos, que olvide todos esos veranos, que olvide lo que yo considero inolvidable... Todo eso es algo que me produce temor al pensarlo.