“Ésa soy yo. Una tonta adolescente que no busca su sitio en el mundo porque ya lo ha encontrado junto a un papel en blanco y una historia sin contar”.

jueves, 10 de octubre de 2013

Ni Coco Chanel ni Carolina Herrera; Rosi.

Mi abuela era modista. Para mí, la mejor modista sin lugar a dudas. “La moda es un cesto de ropa del que tú vas sacando prendas y, cuando el cesto se vacía, vuelves a coger la prenda primera que sacaste” esa es sólo una de sus muchas frases. Frases que dejaban entrever su gran sabiduría y experiencia.
Ella fue quien me enseñó a coser. Yo no sabía, y sigo sin saber, coser con dedal. “Costurera sin dedal cose poco y cose mal” me decía siempre, riendo al verme quitarme el dedal ya desesperada. También me enseñó a hacer ganchillo, punto, punto de cruz y todas esas cosas que se hacen con aguja e hilo. Pero no sólo me enseñó eso. Me enseñó una forma de vida:
Un día, me mostró unos shorts vaqueros, viejos. “¿Los quieres?” me preguntó. Yo respondí que no. Evidentemente, no los quería. Pero ella se quedó mirándolos con interés y me dijo “Pues yo sí. Y, en un rato, tú también.” Y no se equivocó. Al cabo de un rato (muy poco rato porque, eso sí, he de decir que en su trabajo, a rapidez, precisión y originalidad no la ganaba nadie) tenía en mis manos un precioso bolso vaquero.
A donde quiero llegar es a que donde yo sólo veía un viejo short, un desperdicio, ella veía un bolso, una nueva oportunidad, un nuevo proyecto.  No sé si me explico; Ella era capaz de ver todo lo bueno y positivo de una cosa “mala” para transformarlo en algo positivo y espectacular.
Supongo que aprendía la lección. Ese bolso ya no me vale. Le quité la cinta de colgar y le cosí una cremallera. Ahora es mi estuche de maquillaje. Siempre me esforcé por ser una buena alumna aunque nunca llegue a ser tan buena como ella.
Y ella sabía hacer con la vida lo mismo que hacía con su máquina de coser. Incluso en las malas situaciones y problemas, podías encontrar algo bueno de lo que sacar provecho. Me demostró una vez más lo muy increíble que era. Y el que se fuese de mi lado sólo demuestra lo injusta que es la vida y que en ella tenemos que aprender a sufrir. Pero a ella le gustaría que mirase las cosas positivas como ella solía hacer, así que pensaré en lo que nos dejó y no en lo que se llevó.
Yaya, te quiere y te echa de menos:
Tu costurera sin dedal.


-Esta fue la mujer que me enseñó a vivir-

5 comentarios:

  1. Me emcanta.Una chulada

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  2. Vega después de leer esto me has enamorado. ~ AnónimO.


    Te lo digo enserio, escribes fenomenal :D

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  3. Costurera sin dedal, me ha encantado :´)

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  4. DIOSSSSS, ME E EMOCIONADO "GRANDE VEGA" XD

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